Mientras caminaba en la soledad y envuelto en mi silencio,
Recordaba tus palabras, ya no existe más…
Que todo aquello que un día me diste, se lo entregaste a él,
Que me fui diluyendo en tu ilusión de poderme querer.
Y me sigo preguntando si existe un por qué?,
Mientras entre risas descontroladas y un inesperado llanto,
Emerges en mi desconsuelo culpando a mi silencio,
Y aún espero… tal vez un te quiero.
Cuán ingenuo puede ser el sentimiento…
Si los ojos no miran, lo que al corazón quite su contento,
Si las palabras no dibujan una lágrima en su nacimiento,
Si en mí, aún existe un tal vez…
Cuán equivocado pude estar…
Hoy regresas a los brazos que querías,
Marcando para mi estos tristes días,
Llanto, soledad, lo que siempre me ofrecías.
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