Desesperada y angustiosa soledad,
Que se apodera de mi ser,
Cual viento de una veleta,
Cual lágrima del afligido y triste.
Si pudiera perder la razón,
Olvidar para nunca recordar,
Mi pena sería menor,
Y aquellas palabras escritas,
Tendrían un significado mejor.
Pero no!!!
Vivo preso y enfermo en esta realidad,
Silogismo encarnado en verdad,
Llanto amargo…
Quejido ahogado.
Paredes de mi encierro,
Frías y oscuras cual prisión,
Me separan del amor,
Que impaciente espera sin final.
No entiendo por qué sigo,
Si al mirar el pasado ansio,
Refugiarme en él,
Descansar sin el miedo de volver.
Pluma incesante escribe mi vida,
Insolente y tranquila,
Ante la absurda ansiedad,
De encontrar el estratagema que me pueda calmar.
En mi pecho se encierra,
La rabia confundida en impotencia,
De las noches en las que el viento susurra
Que todo va mal
No sé…
Si aquellos caminos recorridos,
Me llevaron al principio o al final,
De la comedia escrita, falsa y real.
Tal vez el tiempo se desvió,
Y me quede perdido en el pasado,
Repitiendo sin final,
Un eco profundo y callado.
Miro al cielo…
Su azul celeste se vuelve infierno,
Y nuevamente,
En silencio me quedo.
Lágrimas reveladoras de mis penas,
Atenuantes, convincentes,
Me inundan en silencio,
En soledad desgarrante.
Y es allí…
En su brillo las estrellas,
Deslumbran mi tristeza,
Dando golpes al viento,
Gritando sin romper mi silencio.
Que se apodera de mi ser,
Cual viento de una veleta,
Cual lágrima del afligido y triste.
Si pudiera perder la razón,
Olvidar para nunca recordar,
Mi pena sería menor,
Y aquellas palabras escritas,
Tendrían un significado mejor.
Pero no!!!
Vivo preso y enfermo en esta realidad,
Silogismo encarnado en verdad,
Llanto amargo…
Quejido ahogado.
Paredes de mi encierro,
Frías y oscuras cual prisión,
Me separan del amor,
Que impaciente espera sin final.
No entiendo por qué sigo,
Si al mirar el pasado ansio,
Refugiarme en él,
Descansar sin el miedo de volver.
Pluma incesante escribe mi vida,
Insolente y tranquila,
Ante la absurda ansiedad,
De encontrar el estratagema que me pueda calmar.
En mi pecho se encierra,
La rabia confundida en impotencia,
De las noches en las que el viento susurra
Que todo va mal
No sé…
Si aquellos caminos recorridos,
Me llevaron al principio o al final,
De la comedia escrita, falsa y real.
Tal vez el tiempo se desvió,
Y me quede perdido en el pasado,
Repitiendo sin final,
Un eco profundo y callado.
Miro al cielo…
Su azul celeste se vuelve infierno,
Y nuevamente,
En silencio me quedo.
Lágrimas reveladoras de mis penas,
Atenuantes, convincentes,
Me inundan en silencio,
En soledad desgarrante.
Y es allí…
En su brillo las estrellas,
Deslumbran mi tristeza,
Dando golpes al viento,
Gritando sin romper mi silencio.
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