Hoy he corrido por el sonido de tu sonrisa,
Y he dibujado el sol que se refleja en tus ojos,
Me escondo en los temores de un pecado,
Y recito la inocencia de una lágrima en tus mejillas.
Bailo olvidando el sentido de un ritual,
Y las cadenas de lo escrito se liberan,
Mando un pensamiento al infinito de tus ideas,
Cambiando lo ignorado y escribiendo mi delirio.
Retrocedí las manillas en mi reloj,
Buscando en el pasado lo que aún no encuentro,
Las puertas de un destino abiertas,
Y las ganas de cambiar escazas.
Cuanta incertidumbre hay en el ambiente,
No es más evidente lo inconsciente,
Ni las palabras más inciertas que un adiós,
Si se marcha el cuerpo y la mente permanece.
El interminable deseo de cambiar apremia,
La razón infunde mis acciones entre sueños,
Y pierdo el sentido sin razón encontrada,
Al ver la muerte sin haber nacido.
Si las cosas escritas impiden la realización de los sueños,
Y las manos impotentes desean alcanzar el cielo,
Aún no entiendo a lo que tengo miedo,
Caminando por el hilillo de un sentimiento que no encuentro.
Sé que no soy más que la idea,
De algún poeta frustrado,
Que con palabras graba el recuerdo,
Sé que fui la ilusión tardía,
De un deseo que no pasó de eso.
Y he dibujado el sol que se refleja en tus ojos,
Me escondo en los temores de un pecado,
Y recito la inocencia de una lágrima en tus mejillas.
Bailo olvidando el sentido de un ritual,
Y las cadenas de lo escrito se liberan,
Mando un pensamiento al infinito de tus ideas,
Cambiando lo ignorado y escribiendo mi delirio.
Retrocedí las manillas en mi reloj,
Buscando en el pasado lo que aún no encuentro,
Las puertas de un destino abiertas,
Y las ganas de cambiar escazas.
Cuanta incertidumbre hay en el ambiente,
No es más evidente lo inconsciente,
Ni las palabras más inciertas que un adiós,
Si se marcha el cuerpo y la mente permanece.
El interminable deseo de cambiar apremia,
La razón infunde mis acciones entre sueños,
Y pierdo el sentido sin razón encontrada,
Al ver la muerte sin haber nacido.
Si las cosas escritas impiden la realización de los sueños,
Y las manos impotentes desean alcanzar el cielo,
Aún no entiendo a lo que tengo miedo,
Caminando por el hilillo de un sentimiento que no encuentro.
Sé que no soy más que la idea,
De algún poeta frustrado,
Que con palabras graba el recuerdo,
Sé que fui la ilusión tardía,
De un deseo que no pasó de eso.
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