Quisiera ser parte de tu pensamiento… Y dejar de sentarme en el deseo, Esperando el anuncio arrebatado, De una oportunidad… Miré las estrellas encenderse, Cual idea a un pensador, Maquinando los poemas que escribían, Las frases que pertenecen a un pecador Sé que no existe nada que te pueda arrebatar del altar, Al cual extraña a mis deseos has de llegar, Pero aún suspiro, Por ser aquel, a quien jures tu amor. Las horas van pasando… Y de mis manos sale el dolor, La impotencia conjugada en un adiós, Va camino a las cadenas, Que matan este amor. Sé que es tarde para pedir perdón, Que mi equivocación está dictada, Y será una bendición… La que te aleje del que pudo ser tu gran amor.
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