Hoy en el ruido ensordecedor de
tu silencio,
He dejado descansar mis pecados,
Me he perdido en el dolor
impronunciable de tus ojos,
Inventando mil excusas a tus
sombras…
Ya en mis manos el vacío,
De ese “nosotros”, que no es tuyo
ni es mío,
Va alejándose por un camino sin
destino,
Balbuceando solo olvido.
¿Acaso fuiste mía algún día?
No recuerdo tu rostro junto al
mío,
No existía una palabra de amor,
Ni caricias, ni gestos de
alegría.
Cómo pude inventar esta mentira?
Si no existes más que en otra de
mis agonías,
Evitando abrir los ojos a una
partida,
Que no fue la tuya sino la mía.
Excelente poema Robert, es el primero que leo y espero no sea el último, te felicito mucho amigo
ResponderEliminarHola Verito, gracias por dejarme un comentario y si ahí hay algunos mas que puedes leer espero te gusten y si crees que hay que cambiar algo dimelo, eso me ayuda mucho
Eliminar