Se me fueron acabando las ganas de quererte, De buscar los espacios en el tiempo por tenerte, De inventarme las escusas, De callar solo para escucharte… En la Soledad en la que se envuelve mi tristeza, He liberado mi mente para encontrarte, He dibujado en el tiempo tu rostro, Solo para no olvidarte… Cómo pude ahogar el grito implacable y hasta el llanto, Para no rogarte que regreses, Para limitar mis sentimientos y dejar volar tus sueños, Para que seas feliz… con otro dueño. Aún se guardan en mi memoria tus juramentos, Y también aquellos que osadamente dicte, A tu corazón ardiente de ilusión, A la fuerza más grande que un verdadero amor. ¿Cómo pude pensar que sería eterno? Como pude creer que por un sentimiento podría ser tu dueño, Si en las historias siempre había otro sueño, Aquel que me alejaba… aquel que el camino te marcaba.